Diferencia entre la negociación con CFD y la inversión tradicional

La principal diferencia entre la negociación con Contratos por Diferencia (CFD) y la inversión tradicional es que con los CFD, los inversores pueden obtener beneficios tanto en mercados alcistas como bajistas, mientras que en la inversión tradicional, solo se gana dinero si el precio de los activos aumenta.

A lo largo de la última década, efectuar operaciones a través de un contrato por diferencia o CFD se ha convertido en una tendencia cada vez más generalizada en las plataformas de trading online.

Podríamos decir que constituye una de las principales vías de diversificación para traders profesionales y, probablemente, una de las más flexibles. Pero, ¿en qué consiste exactamente y cuáles son exactamente sus diferencias frente a la inversión convencional?

 A continuación, te hablamos sobre el trading de CFD. ¡Toma nota!

¿Qué es el trading de CFD?

Un contrato por diferencia o CFD es un acuerdo que se establece para realizar un intercambio de la diferencia entre el precio de apertura y el cierre del contrato. En definitiva, se trata de una vía de especulación sobre la oscilación de los precios de un determinado activo sin que ello implique la compra o adquisición de dicho activo. Este modelo transaccional está implementado en diferentes tipos de mercados, entre ellos, acciones, materias primas, índices o monedas.

Operar a través de CFDs implica la toma de una posición sobre un activo subyacente o bien comprando (si cree que dicho precio se incrementará) o bien vendiendo unidades del mismo (si cree que el precio caerá). En el momento en que se producen oscilaciones en el precio de dicho activo, el operador o trader percibe beneficios o bien pérdidas.

¿Qué es la inversión tradicional?

La inversión tradicional se refiere a la compra de activos financieros con el objetivo de generar ganancias a largo plazo. Esta práctica se basa en la idea de que la economía crece con el tiempo y, por lo tanto, los precios de los activos financieros también aumentarán a largo plazo. Los activos financieros más comunes en los que se invierte de manera tradicional incluyen acciones, bonos, fondos mutuos, bienes raíces y otros instrumentos financieros similares.

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La inversión tradicional implica una estrategia de inversión a largo plazo y se basa en la idea de que el rendimiento de la inversión aumentará con el tiempo. Los inversores tradicionales suelen invertir en empresas establecidas y bien conocidas que tienen un historial de éxito y un potencial de crecimiento futuro. Los inversores también pueden diversificar su cartera de inversión en diferentes industrias, países y sectores con el fin de minimizar el riesgo y maximizar las ganancias.

En general, la inversión tradicional se caracteriza por ser de bajo riesgo y de baja volatilidad. Los inversores buscan generar ganancias a través de la apreciación del valor de los activos financieros y también pueden recibir ingresos regulares a través de dividendos o intereses. A diferencia de la negociación con Contratos por Diferencia (CFD), la inversión tradicional es una estrategia de inversión a largo plazo que no se basa en la especulación de los movimientos del mercado a corto plazo.

Puntos en común entre las operaciones con CFD y la inversión tradicional mediante acciones

Las operaciones a través de CFDs y a través de la compra de acciones mediante un corredor tradicional comparten varios rasgos en común.

Los aspectos más importantes que caracterizan a ambas modalidades son:

  • El trader obtiene acceso a mercados globales con infinidad de posibilidades en términos de inversión.
  • Es posible obtener rentabilidad de las oscilaciones de precios.
  • El operador recibe tanto los ajustes de dividendos como los intereses asociados.
  • El trader debe abonar los correspondientes impuestos sobre las ganancias del capital.

Operaciones con CFD vs Acciones tradicionales

Como hemos puntualizado en epígrafes anteriores, la principal diferencia que existe entre ambas modalidades de inversión reside en que con CFD, el operador no se convierte en propietario del activo subyacente sino que adquiere un contrato que le vincula al proveedor del CFD. Optar por esta vía supone la renuncia a ciertos beneficios que se derivan del negociación tradicional y la adquisición de las acciones en régimen de propiedad, como por ejemplo, el derecho a asistir a las juntas generales o el derecho a voto.

Las principales ventajas potenciales y riesgos que representan los CFD incluyen:

  • Alto grado de apalancamiento: El trader puede tomar posiciones que sobrepasen la cantidad que posee en cuenta. Técnicamente, los CFD son un producto apalancado, es decir, bastará con poseer un bajo porcentaje del valor total para operar con ellos lo cual implica la asunción de cierto riesgo que no debería pasarse por alto en la toma de decisiones. Esto no ocurre en el caso de la compra convencional de acciones puesto que debe pagarse al corredor la cuantía total para poder adquirirlas. El hecho de que el CFD sea una alternativa apalancada ofrece un mayor ratio de exposición, por lo que ganancias y pérdidas se magnifican. Trabajar con un bróker que ofrezca protección frente a saldos negativos y otras herramientas de gestión del riesgo es muy recomendable.
  • No están sujetos a comisiones puesto que el precio de la operación suele estar compuesto por el spread o la diferencia entre el precio de compra y el precio de venta.
  • Flexibilidad: Los CFDs tienen de gran presencia en diferentes mercados distribuidos alrededor del mundo por lo que el trader puede establecer con total libertad el momento en que lleva a cabo sus operaciones.
  • Amplia diversidad de opciones de negociación: Uno de los principales puntos fuertes de los CFDs es que están disponibles para todo tipo de activos, lo cual incluye desde productos básicos hasta índices.
  • Para obtener rentabilidad no es necesario tomar posesión de ninguna acción en el sentido literal y bastará con tomar una posición sobre el movimiento u oscilación de precios de un determinado activo subyacente.
  • Debido a su naturaleza (hablamos de un tipo de producto derivado y no del propio activo subyacente), el CFD no está sujeto al impuesto de timbre, algo que sí ocurre en el comercio de acciones convencional.

Daniel Gutiérrez Viñas

Formación académica: Miembro acreditado por la institución europea EFPA como "European Financial Advisor" Licenciado en Economía por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid Máster en Asesoramiento y Planificación Financiera por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Experiencia laboral: Manager de educación financiera en Benowu International Academy S.L. desde 2016 Analista de Tradingdesdecero.com desde 2016 Información profesional previa: Anteriormente gestor de operaciones en Banco Sabadell, Consultor de trading en Academy of Financial Trading, Asesor Financiero en Seguros Santalucía y Gestor Comercial en Caja Madrid.